lunes, 7 de noviembre de 2011

Private equity, el socio silencioso

A casi 20 años de la primera inversión de capital privado o private equity en México, esa industria sigue siendo un tema periférico. Fuera de algunos artículos dedicados al tema por esta publicación y algunas otras, private equity todavía es un término que pocos conocen. Aun en las universidades, los estudiantes de posgrado, por ejemplo de maestrías en negocios, generalmente no lo han escuchado.

No es casual que los nombres de los operadores de fondos sean igualmente desconocidos. En cambio, en EU revistas no especializadas, como Vanity Fair, han dedicado portadas y artículos a operadores de fondos, lo que hace accesible el tema para estudiantes, empresarios y hasta quinceañeras que buscan consejos de moda.
La industria del capital privado ha alcanzado a la cultura pop estadounidense, por ejemplo, a través de las comedias románticas del cine. En ‘Pretty Woman’, Richard Gere hace el rol de exitoso millonario que maneja un fondo de private equity. Otro caso es el de Owen Wilson, quien en la película ‘Wedding Crashers’ se hace pasar por inversionista de private equity para impresionar a las encandiladas solteras.
En México, los operadores actuales son un tanto desconocidos y tampoco se sabe quiénes han sido los protagonistas de la industria. Muy pocos miembros de la industria saben que fondos de la talla de Blackstone o Bedminster Capital Management (el brazo de private equity del inversionista George Soros) han participado activamente en el país.
Pocos recuerdan a Hicks, Muse, Tate & Furst que con un solo fondo invirtió cerca de 500 millones de dólares, de 1996 a 1999.  La industria y los jugadores son poco conocidos, y casi nadie sabe cuáles son las compañías con inversiones de private equity aun cuando se trata de marcas o compañías comunes. Quizá la empresa más citada como una firma exitosa que contó con private equity es Cinemex, pero claramente no es la única.
Es posible que la falta de atención que recibe el private equity tenga que ver con la escasez de historias de éxito en las cuales una empresa de reciente creación o un emprendedor alcancen, en pocos años, valuaciones significativas que los lleven a listarse en la Bolsa Mexicana de Valores. Hay más casos de éxito de los que usualmente se conocen. Aun con una Bolsa de Valores deprimida en cuanto al número de ofertas públicas iniciales de acciones, al private equity se le pueden atribuir varias, tales como los lanzamientos de Homex, Promotora Ambiental, Famsa y Axtel, entre otras.
Quizá la industria está recibiendo la atención que se merece basada en su tamaño y no en el impacto que puede tener en la creación de empresas y el crecimiento económico.

Lo mejor, por venir
Aunque esto parecería un callejón sin salida (ni entrada) podría esperarse que la industria del private equity en México está en su etapa de formación y que lo mejor está por venir. La razón podría ser que muchos de los fondos que han entrado al país sólo recientemente están alcanzando salidas o están por hacerlo. Si éste es el caso, el buen comportamiento de la industria podría atraer nuevos fondos y nuevas inversiones. El 60% de las inversiones (en monto) se ha realizado en los últimos siete años, por lo que es posible que muchas de estas transacciones todavía no hayan alcanzado salida.
De los 96 fondos de private equity, sólo 17 han sido manejados por un operador que se podría considerar exitoso porque ha podido levantar más de un fondo. Esta idea se basa en este argumento: si un operador quiere levantar capital para el fondo siguiente, los inversionistas pedirán evidencia de los resultados anteriores y sólo invertirán si éstos son buenos. Los restantes 79 fondos no han sido exitosos o no han alcanzado a liquidar sus activos, por lo que no pueden mostrar resultados para levantar un fondo adicional.
Atrás de los 17 fondos exitosos, hay siete operadores que siguen estrategias particulares que quizá tengan un impacto en el resultado positivo de sus operaciones. Los fondos considerados exitosos, según el estudio, han invertido casi 27% del private equity en México. Los fondos que han invertido exitosamente en el país, generalmente han sido manejados por equipos locales (no desde Nueva York), han hecho mas inversiones por fondo y de menor monto (diversificación de riesgo), se han enfocado en empresas en etapas tardías por lo que también han podido tener acceso a deuda de forma más común, situación que normalmente mejora la rentabilidad de las inversiones. La transacción promedio de estos fondos parece ser de 13 millones de dólares (MDD) por inversión; los fondos invierten en 5.4 empresas un monto total de 69.7 MDD.
En la industria en general, la inversión promedio es de 13.8 MDD, los fondos invierten en promedio en 3.4 empresas, un monto total de 46.7 MDD y parecen no enfocarse en empresas en etapas tardías.
A estas alturas del partido, el economista que todos llevamos dentro probablemente ya tenga unas 14 o 15 recomendaciones de política económica para mejorar la rentabilidad de la industria del private equity en México. De forma categórica casi todas las razones se podrían agregar bajo dos definiciones: factores externos al flujo de private equity y factores internos. En los primeros hay elementos como el crecimiento económico, la actividad de la Bolsa de Valores y las tasas de interés. Entre los internos podrían estar temas como la actividad emprendedora, la cultura de negocios y hasta regulaciones enfocadas en limitar o no en dónde se invierte el dinero de los fondos de pensiones.  
Parecería que el private equity en México ha recibido la atención merecida al sólo representar 0.05% del PIB. Sin embargo, la atención a esta industria podría y debería de ser mucho más seria. Para muchos economistas, la actividad emprendedora de un país es realmente el medidor más importante de la salud de una economía. El private equity es considerado, a nivel mundial, como un catalizador de crecimiento de las empresas y, por ende, de las economías, ya que su enfoque es financiar a los emprendedores en las diferentes etapas de la empresa.
Otro aspecto relevante del private equity es que podría ser un medio para que las afore mejoren su rentabilidad, siempre y cuando pudieran invertir en instrumentos que se destinarían no a deuda gubernamental o a índices accionarios extranjeros, sino a financiar el crecimiento de las empresas mexicanas a través de capital.
De todo el private equity que ha entrado a México se estima que sólo 10% viene de fuentes nacionales (principalmente Nafin). Las pensiones de los mexicanos se están usando para financiar el crecimiento del gobierno mexicano, el de las empresas mexicanas grandes que se pueden listar en la Bolsa o, en algunos casos, de empresas extranjeras a través de índices accionarios que se comercian en la Bolsa Mexicana de Valores. Por otro lado, los fondos de pensiones extranjeros que están detrás de los fondos de private equity son los que realmente creen en el crecimiento y financiamiento de las compañías mexicanas y de los emprendedores en las etapas jóvenes de las empresas.
La rentabilidad de las afore, hasta hace un año, oscilaba entre 6 y 7% nominal, mientras el private equity busca alcanzar retornos nominales brutos de 25%.
La inversión en fondos de private equity por parte de las afore no debería de ser solamente una decisión centralizada ya que necesitaría soportarse en una industria de consultores, representantes de mercadeo y otros técnicos que actualmente no existen en México, para evitar los mismo errores que las administradoras de fondos de pensiones  enfrentaron en Chile en los años 90.
Parece que todavía faltan algunos años antes de que Gael García haga en una película mexicana el rol de inversionista de private equity
Pero, sin duda, cada vez estamos más cerca de que varios de los 100 empresarios más importantes de México tengan vínculos más estrechos con la industria del private equity.

1 comentario:

  1. Es una gran fuente de financiamiento para empresas en una etapa mediana de su vida, este tipo de socios no solo aporta capital, sino tambien aportan en temas estrategicos de negocio y son expertos en la materia! Una gran parte de las empresas exitosas en estados unidos se han desarrollado por este tipo de inversionistas, falta en mexico que los empresarios acepten este tipo de mentores y se abran a nuevas ideas

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